jueves, 4 de junio de 2009

Paradigma racional

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Al entrar a un aula observamos una gran carga de contenido visual (afiches, cuadros, trabajos realizamos por alumnos, etc) que caracteriza al espacio físico, resultaría un tanto impensado no encontrarse con todos estos elementos. Creo que lo que realmente determina a un salón de clases es el movimiento en su interior que le dan las personas que la habitan, al menos por un año, con sus disversas problemáticas y comportamientos. Nunca los movimientos son iguales, más allá de estar condicionado ante éstos, la expresión corporal de los educandos y educadores significan cosas distintas modificándose día a día. Pongamos como ejemplo (no absoluto) a la acción cotidiana de escribir una consigna en el pizarrón por parte del/la docente; no es la misma acción si la tiza es más larga o más corta, se utiliza otra medida de fuerza de una u otra manera, y hasta es posible que la postura no sea siempre la misma, aunque se realice todos los días. En el caso de los educandos (uso este término "freirereano" ya que hace poco tiempo me enteré que la palabra alumno significa "sin luz", discusión que da para largo pero no en este caso), a pesar de estar sentados día tras día en la misma ubicación, asiento y silla (o no), pueden tener algo en su cuerpo o mente que los esté determinando de una manera distinta al día anterior o al que le sigue. La acción realizada en un nuevo día es una representación distinta de esa acción llevada a cabo en días anteriores aún siendo la misma, de manera que la producción de sentido no se agota, auto-generándose una y otra vez en el andar cotidiano.
Las aulas son productoras de sentido y de intercambio entre pares de manera constante. Cada aula tiene su identidad, distinta a otra, a pesar de que pertenezcan a la misma institución, siendo ésta última la identidad madre de todas las demás. Estas identidades no son mercancía, no hay dinero que las pueda comprar ni intereses políticos que las puedan corromper, porque las aulas, contra toda falta de voluntad política, siguen de pie formando diversidad de identidades, que en un futuro van a ser el soporte primordial para ayudar a la sociedad a no perder ni olvidarse de los valores fundamentales para el desarrollo comunitario.

1 comentario:

  1. A medida que leia las líneas de dicha publicación, me dí cuenta que, iba asientiendo en sentido aprobatorio el contenido de las mismas... tal vez porque cuando realizo una mirada hacia atrás y recorro mis años de docencia, observo que no sólo toco (aunque sea un poquitito)la vida de mis alumnos, sino que puedo identificar los cambios que ellos favorecieron en mí...
    El aula tiene una dinámica que es muy particular, por eso considero apropiado hablar de "las aulas" y no "del aula"... porque (y es sólo mi parecer) en la generalidad se pierden las particulariedades que son justamente aquellas identidades que muchos docentes nos proponemos construir con vistas al futuro...
    Como Profesora de Nivel Inicial, lo más probable es que nunca me entere qué fue de mis alumnos en su adultez, pero creo que vale la pena apostar a esos valores que mencionás que son "fundamentales para el desarrollo comunitario".

    CALCAÑO, María Eugenia
    Profesora de Nivel Inicial

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