viernes, 24 de abril de 2009

La lejanía de la cercanía

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Pedro Aznar - El mañana nunca sabe(Cover The Beatles)

A lo largo de nuestras vidas nos vamos sumergiendo en determinadas constantes que van dando forma al andar cotidiano del día a día. En algún momento, como seres vivos hacemos un click para tratar de mejorar eso que al parecer nos tiene desequilibrados, o quizás, ese replanteo nunca llega a nuestras cabezas quedando trunco antes de la gestación. No hay práctica más dificil que cuestionarse el interior de uno mismo, la teoría aparece escrita o publicada en innumerables formatos (libros, internet, tv, revistas, etc), por lo que se hace más fácil conseguirla. El darse cuenta y asumir la cuestión es un trabajo, que cuando llega el momento, dura 24 horas, es inherente a la persona, no dejando disfrutar las actividades/hobbies que utilizamos como cable a tierra, incluso el dormir se hace largo, tedioso y cansador...el día se mulitiplica constantemente. Los pensamientos se transforman en imágenes (reales), las imágenes en angustias, haciendo que los eslabones de este círculos vicioso roten sin parar. Ponemos en duda todas las acciones, influenciados por el estado de ánimo de turno, dándonos como resultado, lisa y llanamente, que está todo mal. De otra manera no podría ser, el problema nos tumba, nos cega, no nos deja ver...es lo peor que nos podía pasar. Lo que para una persona resulta algo simple, para otra, es el todo. La solución(?) es el tiempo(?), dejarlo pasar, esos días que antes duraban 36 o 48 horas, de a poco vuelven a la normalidad. El momento clave es cuando salimos de esa película que tenemos en la cabeza y logramos vernos reflejados, la cinta es infinita, graba minuto a minuto nuestras vidas dejando el registro intacto. Esto nos da una especie de poder, poder que nos permite ver el efecto que causamos en los que nos rodean y en uno mismo...
No me gusta como me veo en ese reflejo, no soy yo, parezco otra persona pero soy yo, es tiempo de mejoras, no queda margen para el error, quiero salir a la calle y sentirme liviano, quiero que el peso de mi cuerpo sea el que marque la balanza y no el que dice mi cabeza. Llevo en mi billetera ese reflejo con el que no estoy a gusto, no quiero olvidarlo, es mi parámetro y referencia acerca de como no quiero estar, y por eso intento cada día alejarme un poco más de él sin perderlo de vista.

miércoles, 8 de abril de 2009

Tablas

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The String Quartet - Inertiatic Esp

Casi sin quererlo ni pensarlo, hoy te recuerdo, no porque no te tenga presente o por haberte olvidado...creo que con el paso de los años uno va moviendo ese sentir hacia el lado inconsciente de la mente y del cuerpo, de manera que sigue estando latente pero mucho más controlado, apoderándose y transportando el/los sentimiento/s al consciente en el momento elegido. Cada semana santa desde el 2000 pasas a estar en mi consciente con mayor intensidad, con muchos matices...con alegrías y tristezas, como un recuerdo al fin. Quizás a partir de ese año es que las pascuas dejaron de ser festivos, pasando a ser un fin de semana largo más de todos los que hay en el año. Cuando era chico lo vivía con más efusividad, supongo que era por el hecho de recibir chocolates en forma de huevo, y sobre todas las cosas, por la ansiedad que tenía al descubrir que sorpresa habia en su interior...Probablemente o no, esa alegría por la festividad la recupere algún día, quizas el día en que tenga familia, y así poder trasladar todas las sensaciones lindas que tenía en mi infancia, hacia un nuevo momento.
Me siento un privilegiado al haber pasado una de sus últimas noches junto a él, contrario a lo que pensé durante un tiempo, pude ir canalizando ese sentir. El entorno era lúgubre, había muchas camas y personas bajo una misma situación, las quejas de dolor eran el único sonido, además del silencio, que se percibían en ese fresco comienzo otoñal. Tuvimos muy poca conversación esa noche, muchísima teniendo en cuenta que fue nuestro último diálogo.
Siempre fui bastante inquieto y revoltoso, su cara lo decía todo frente a mis andanzas...lo recuerdo muy reservado conmigo, al menos en los años en que dejé de ser un niño y pude tener más intercambio con él, seguramente porque viví la época en que se fue poniendo viejo y más casca rabia, cuentan en la familia que en sus buenas épocas era un tipo muy jodón. Lo más importante y relevante, es que dejó su marca en mí, fue un tipo laburador, honesto y de valores, y más allá de su carácter y personalidad se hacía querer. Esa última noche jugó su partida final, estratégicamente, como todas las que jugaba, pensante, con la sabiduría y la parsimonia que lo caracterizaba, reponiéndose una y otra vez frente a la adversidad, extendió su brazo derecho y sin quitar la mirada sobre el tablero, hizo su movida final...Jaque Mate!!!!