lunes, 24 de agosto de 2009

Los Colonos

Adaptación libre de "Los Colonos" perteneciente a las "Crónicas Marcianas" del autor y escritor Ray Bradbury. (Duración 4 min. 28 seg)



Locución: Pablo Fusco
Edición: Francisco Muñoz

Los hombres de la Tierra llegaron a Marte.

Llegaron porque tenían miedo o porque no lo tenían, porque eran felices o desdichados, porque se sentían como los Peregrinos, o porque no se sentían como los Peregrinos. Cada uno de ellos tenía una razón diferente. Abandonaban mujeres odiosas, trabajos odiosos o ciudades odiosas; venían para encontrar algo, dejar algo o conseguir algo; para desenterrar algo, enterrar algo o alejarse de algo. Venían con sueños ridículos, con sueños nobles o sin sueños. El dedo del gobierno señalaba desde letreros a cuatro colores, en innumerables ciudades: HAY TRABAJO PARA USTED EN EL CIELO. VISITE MARTE! Y los hombres se lanzaban al espacio. Al principio sólo unos pocos, unas docenas, porque casi todos se sentían enfermos aún antes que el cohete dejara la Tierra. Y a esta enfermedad la llamaban la soledad, porque cuando uno ve que su casa se reduce hasta tener el tamaño de un puño, de una nuez, de una cabeza de alfiler, y luego desaparece detrás de una estela de fuego, uno siente que nunca ha nacido, que no hay ciudades, que uno no está en ninguna parte, y sólo hay espacio alrededor, sin nada familiar, sólo otros hombres extraños. Y cuando los estados de Illinois, lowa, Missouri o Montana desaparecen en un mar de nubes, y más aún, cuando los Estados Unidos son sólo una isla envuelta en nieblas y todo el planeta parece una pelota embarrada lanzada a lo lejos, entonces uno se siente verdaderamente solo, errando por las llanuras del espacio, en busca de un mundo que es imposible imaginar.

No era raro, por lo tanto, que los primeros hombres fueran pocos. Crecieron y crecieron en número hasta superar a los hombres que ya se encontraban en Marte. Los números eran alentadores.

Pero los primeros solitarios no tuvieron ese consuelo.

lunes, 17 de agosto de 2009

Ojos sin memoria

El cuerpo que porta al ojo, el ojo que guía al cuerpo. El cuerpo que porta a la persona, la persona que mira por el ojo. La persona con su cuerpo y ojos observa lo que queda del resto de los cuerpos, los demás, con sus ojos devuelven esas miradas. El cuerpo se mueve produciendo un idioma corporal que reemplaza lo que las personas dicen...no hace falta hablar, esas palabras redundan...el cuerpo por si solo habla, la persona habla sola aún cuando su cuerpo no lo pide. El cuerpo tiene una significación, es un significado o varios, está lleno de discursos (acciones)que son observados por otras personas, infinitas como son los cuerpos...Probablemente los cuerpos sean a las personas asi como las estrellas son a la vía láctea; al cuerpo hay que llenarlo de recursos, de nada sirve tener una persona por un lado y un cuerpo vacío por el otro... existe la tendencia de despreciar esos recursos... percibimos el aroma de los mismos con los ojos como sentido primerizo del cuerpo. Hay algunos que tienen este sentido, otros no, los que lo tenemos, no concebimos el hecho de no tenerlo y en determinadas situaciones llegamos a faltarle el respeto...miramos lo que no debemos y no miramos lo que deberíamos observar...perdemos la memoria, perdimos la memoria, valoramos la importancia que tiene cuando ya no está con nosotros.

jueves, 6 de agosto de 2009

Lo cotidiano de lo mono...

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Pez - Cae y nada pasa

Uno suele (suelo) preguntarse regularmente que es lo mejor para si uno al poner sobre la mesa las actividades y ocupaciones que realiza. Suele caerse en una monotoneidad en la que es inevitable no sumergirse, y esto hace que cuestionemos (cuestione) o pongamos en duda lo que estamos haciendo. Nada nos salva, en mayor o menor medida, de lo monótono, aunque probablemente encontremos una serie de cosas que compensen este "desvalor"...tal vez una de ellas sea el hecho de creer, valga la redundancia, en eso que realizamos día a día; el "creer" es inseparable del "gustar" y del "sacrificio/esfuerzo", y de muchos más. Ni toda la plata del mundo (aunque algunos digan que sí) puede transformar nueve o diez horas de trabajo diario multiplicado por 365 días y no se cuantos años más, en algo ameno y provechoso para uno, y luego volver a casa y poder decirse que lo que hizo lo llenó cuando no se cree en eso...no puedo imaginar mi día de esa manera, menos aún mi vida...es necesario "creer" en uno, aunque pueda sonar un tanto egoísta, no es esa la intención. "Creer" y "gratificar" son los verbos madres de esta cuestión, pero también hay que tener en cuenta que existe una realidad que nos tocó y que les toca a muchos, y es la de no poder trabajar de lo que uno siente o para lo cual uno se preparó. No hay que ser hipócrita y decir o pensar que el salario no importa, y menos aún en los tiempos que nos toca vivir, pero como compararlo a nivel valorativo con la sensación que nos deja un trabajo bien hecho o esa marca propia que cada uno escribe en su desarrollo como persona, empleado, estudiante, etc, la sensación de ser agradecido, sin importar la cantidad, por otra/s persona/s no tiene precio ni sueldo que la iguale...es tan simple y complejo como darse cuenta de que uno sirve y es bueno para algo o alguien.
Cuando hacemos una pausa entre tanta vorágine, logramos aislarnos por un instante de todo lo que hay alrededor, quedando frente a frente con nosotros mismos, el aire logra fluir por el cuerpo de manera que podamos ubicarnos en el tiempo y espacio...quizás sea un buen ejercicio(reparador)para repetir un par de veces al día... Suelo quejarme de lo monótono (quien no?), de mi monotoneidad, me impacienta, me inquieta, me dan más ganar de hacer más cosas, pero encontré en esas quejas algo paradógico. Cuando aparece algo en mi cabeza que modifica ese estado cotidiano de lo "mono", también en algún punto, logra hacerme trastabillar...ese algo en mi interior rompe con lo reiterativo del día a día...acaso no es lo que todos queremos? salir de lo monótono?, ésto lo logra...no debería estar bien que así sea? ese algo no es nada concreto, solo una imágen, gratifica verla pero no puedo obtenerla...Finalmente el "creer" y el "gratificar" se enfrentan tirando cada uno para su lado, dos de sus cuatro extremos se alejan lentamente, pero los otros dos siguen estando unidos...esa unión me dice que debo ajustar mi filtro visual y no creer que lo bueno es tan bueno ni lo malo, tan malo.